Desordenadamente brillante

Mi cerebro es como un laboratorio de neurociencia en plena explosión: ideas, pensamientos y emociones chocan entre sí, creando fuegos artificiales tan caóticos como fascinantes. Según los científicos, el cerebro humano con TDAH y dislexia procesa la información de manera diferente, con conexiones que van por rutas alternas, como si estuviéramos siempre buscando atajos en un mapa desordenado. Lo curioso es que, aunque estos «desvíos» pueden ser frustrantes, también son el motor de una creatividad que no conoce límites.


Déjenme ponerles un ejemplo práctico. ¿Alguna vez han tenido un cajón completamente desordenado, ya sea de ropa, libros o pequeños objetos? El típico cajón de la mesita de noche, donde está todo mezclado, pero ustedes saben exactamente dónde está cada cosa. Ese cajón es mi cerebro. Por ejemplo, mi cajón de la mesita de noche es un caos absoluto, lleno de cosas que no tienen sentido juntas, pero si necesito algo, solo meto la mano y lo encuentro. Lo mismo me pasaba con mis cajones de ropa: todo estaba revuelto, pero yo sabía perfectamente en qué lado del desorden estaba cada prenda.


No voy a mentir, vivir en esta mezcla de caos y genialidad tiene sus retos. Hay días en que mi mente parece un tornado que no se detiene, y otros en los que siento que la vida es un rompecabezas con piezas que no encajan. Pero al final, siempre termino creando algo nuevo, inesperado, único.
Según un estudio publicado en Neuropsychologia, las personas con TDAH suelen tener niveles más altos de pensamiento divergente, esa habilidad de encontrar múltiples soluciones para un problema. ¿Cómo se traduce eso en mi vida? Bueno, si me pides organizar algo, probablemente termine inventando un sistema completamente ilógico para cualquier otra persona, pero que para mí tiene perfecto sentido.


La dislexia, por su parte, le añade su propio toque. Mi cerebro juega Scrabble en modo avanzado, mezclando letras como si fueran piezas de un rompecabezas. Pero esta “desventaja” también me ha enseñado a buscar patrones diferentes y a ver cosas que otros no ven, incluso en medio del caos.
La neurociencia puede explicarlo con palabras técnicas como «hiperconectividad cerebral» o «procesamiento atípico de la información.» Yo prefiero llamarlo «desordenadamente brillante.» Porque en este caos hay magia, y en esta brillantez, hay un poco de desorden. Y eso, amigos, es lo que hace que todo esto valga la pena.


Así que aquí estoy, compartiendo este pequeño rincón de mi mundo contigo. Porque, como siempre digo: pienso, luego escribo… aunque a veces escribir sea tan desordenado como mi cajón.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *